Canta en inglés, se maquilla, se disfraza y no hace caso a nadie. De hecho, el ex líder de Porter, ahora Juan Son, se está tirando con todo a una piscina en la que sólo él parece encontrar agua. Se trata de la formación de su propia productora cinematográfica, un proyecto frente al cual lo que más escucha es: “Deja de hacer estupideces, no lo vas a lograr”.
Pero el muchacho nacido en Guadalajara como Juan Carlos Pereda, el 24 de enero de 1984, y que al mando de su grupo Porter supo reinar en la escena indie mexicana, siempre lo logra.
La firmeza en sus convicciones y el vértigo con que encara proyectos disímiles, desde tocar el piano y la guitarra, hasta tener como propósito de año nuevo comprarse una mansión, según declaró a la revista Indie Rock, lo convierten en un personaje singular que se ha erigido en un verdadero fenómeno entre los jóvenes.
Su primer disco en solitario, Mermaid Sashimi (Sirena Sashimi), a caballo entre Cocteau Twins y Björk, está entre los primeros puestos de venta.
Su talento desbordado, su voluntad irrefrenable y la inquietud artística que lo caracterizan lo han llevado a escribir guiones de cine y a permitirse el sueño de ser actor en Hollywood.
De hecho, estuvo cerca de tener una participación en un filme protagonizado por Nicole Kidman, todavía en preproducción, Rabbit hole.
“Tuve la oportunidad de conocer a John Cameron Mitchell (director de cine). Me pidió que hiciera casting para tener una participación en una nueva película con Nicole Kidman, se lo envié por video, pero supongo que no me quedé”, dice.
Confiesa Juan Son que más allá de la influencia de figuras como David Bowie, Björk y Peter Gabriel, en realidad se cubre con maquillaje y algunos atuendos porque su verdadero yo “es un ser introvertido, tímido y nervioso”.
Los temas de su primer disco tiene sampleos de agua, de frutas que caen al piso, de focos que estallan y de relojes cucú que dan la hora incierta de sus jóvenes días.
“El primer acercamiento que tuve con la música fue a los cinco años. A los 11 empecé a hacer mis canciones al piano, después vinieron la guitarra y los teclados”, precisa.
Su paso por Londres para seguir formándose musicalmente le dejó recuerdos imborrables: “Fui a estudiar música, pero después la dejé. Me puse a buscar bandas y estuve en varias; engordé y me deprimí [ríe]. Todos los días compraba el periódico para saber qué grupos musicales buscaban a un vocalista de mi perfil. Algunos me dijeron que no servía para nada”.
“Soy cero rockstar; tengo pocos amigos y siempre estamos pensando en películas”, menciona el cantante cuyos fans le son fieles a través de YouTube.
Tanto le atraen las imágenes en la pantalla grande, que no renunciará fácilmente al deseo de hacer sus propios filmes. Preámbulo de ello fue el video de Porter Host of a Ghost, dirigido por él. “No tuvo muy buena crítica, pero a mí me gustó”, admite entre carcajadas.
“Ahora escribo un guión para una película. Tendrá mucho humor negro y tratará el tema de los sentimientos”, comenta. “Estoy muy emocionado por todo esto…. Veo un gran futuro, aunque todavía tengo muchas inseguridades que enfrentar en esta carrera”, manifiesta.
“La naturaleza me da inspiración. Las letras son parte de mis vivencias; y no me meto nada. He tratado de componer borracho y sale pura basura, quizá a alguien más le funciona, pero a mí no”, concluye.